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Las tecnologías de emisiones negativas, aquellas que retiran CO2 de la atmósfera, pueden suponer una contribución clave para alcanzar las metas del Acuerdo de París contra el cambio climático. Desde potenciar los océanos y los suelos como sumideros de carbono a la producción de bioenergía combinada con el secuestro de CO2, Repsol investiga este tipo de tecnologías, conocidas como NET (Negative Emissions Technologies): desarrolla proyectos de uso y almacenamiento de CO2 (CCUS por sus siglas en inglés) y, a través de Fundación Repsol, participa en una empresa de reforestación. Para Repsol, primera compañía de su sector en asumir el reto de ser cero emisiones netas en 2050, "debemos reducir todo lo posible el CO2 emitido. Esa mitigación tendrá un límite y encontraremos emisiones que no se puedan abatir, por lo que también deberemos recurrir a estas 'tecnologías naturales' que nos permitan acomodar carbono en suelos, bosques u océanos", explica Antonio López, Gerente de Energía y Cambio Climático de Repsol. Aumentar la masa forestal
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Fundación Repsol ha |
Sylvestris, reforestación con empleo social
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En el ámbito académico, Fundación Repsol ha puesto en marcha, una Cátedra de Transición Energética en la Universidad de Barcelona para promover el conocimiento y la divulgación de los distintos sistemas de recuperación y aprovechamiento de CO2 y acercar el concepto de transición energética a la sociedad. |
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OGCI apoya |
Esfuerzo global en tecnologías CCUS En el desarrollo de las técnicas de CCUS, la compañía canaliza sus esfuerzos junto a sus socios de Oil & Gas Climate Initiative (OGCI), organización que agrupa a 12 grandes compañías del sector oil & gas, y que está destinando a fomentar estas tecnologías cerca de la mitad de los 1.000 millones de dólares con los que está dotado su fondo de inversión. OGCI promueve avances tecnológicos como solución al cambio climático invirtiendo en otras empresas con alternativas innovadoras en la captura, uso y almacenamiento de CO2. Entre ellas, la canadiense Svante, que ha logrado reducir a la mitad los costes sobre otras técnicas actuales empleando para la captura unos filtros realizados con nanomateriales a medida. Asimismo, con el soporte científico de su centro de investigación Repsol Technology Lab, Repsol está evaluando, en todos sus proyectos de Upstream en desarrollo, la opción de neutralizar las posibles emisiones de CO2 capturándolo y almacenándolo geológicamente: "En algunos proyectos no es factible porque no se encuentra la estructura geológica adecuada, pero siempre que sea viable, lo haremos", prosigue López. El CO2 capturado se puede almacenar o se puede usar como materia prima en aplicaciones muy diversas, desde la producción de combustibles sintéticos a plásticos para la horticultura. Repsol Tech Lab desarrolla también tecnología que convierte el CO2 capturado en materia prima para un amplio espectro de productos, desde la síntesis de polímeros y la obtención de combustibles sintéticos a su incorporación a materiales de construcción, entre otros. En esta línea, Repsol ha lanzado en las proximidades de su refinería de Petronor un proyecto para desarrollar una de las mayores plantas de combustibles sintéticos del mundo, cuyas únicas materias primas serán el CO2 y el hidrógeno verde generado a partir de la electrolisis del agua con energía renovable. FuelsEurope, la asociación de la industria del refino en Europa, ha destacado los 60 millones de inversión de Petronor en esta instalación como una de las iniciativas de I+D más relevantes para la descarbonización del sector. OGCI también respalda a empresas de vanguardia en este campo como Solidia, que usa CO2 en la fabricación de hormigón, "una práctica muy interesante para una industria como la cementera, que es muy intensiva en carbono". |
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Repsol va a |
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El potencial de otras NET
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